En Tlacotepec de Porfirio Díaz, Puebla, la tragedia golpea con fuerza. La tarde-noche del pasado domingo, un hombre de 42 años identificado como Eusebio fue brutalmente asesinado en la tranquila localidad de la Sierra Negra. El macabro descubrimiento de su cuerpo, con evidentes signos de violencia y las manos amputadas, ha sumido a los habitantes en el desconcierto y la consternación.
Vecinos relatan que Eusebio solía frecuentar un río cercano para su higiene personal, y se presume que fue atacado en su ruta habitual. Hasta el momento, las autoridades no han podido esclarecer el móvil detrás de este crimen espeluznante, manteniendo abierta una investigación en pos de la verdad.
Ante la gravedad de la situación, los servicios de emergencia fueron alertados y rápidamente se desplegó un operativo que incluyó la presencia de cuerpos de seguridad y peritos de la Fiscalía General del Estado, quienes llevaron a cabo el levantamiento del cuerpo y dieron inicio a las correspondientes diligencias.
Este trágico suceso se suma a una preocupante serie de incidentes violentos que han sacudido las zonas rurales de la entidad, generando un clima de inseguridad latente y despertando, con fuerza renovada, la demanda ciudadana por una mayor protección en las comunidades apartadas.
